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A propósito de Manuel Contreras, la DINA y la dictadura en Chile: La Escuela de Las Américas, el Fort Benning, y la política imperial estadounidense en nuestra América

En un nuevo septiembre que sigue aportando sucesos en torno a la Memoria sobre los hechos de nuestra historia reciente, Manuel Contreras volvió a estar presente en una entrevista sin editar que el canal La Red transmitió el domingo 19, día en que tradicionalmente se conmemoran las «Glorias del Ejército».

¿De dónde surgen personajes como Contreras, y tanta barbarie del Terrorismo de Estado en nuestra América entre las décadas de los 60s y 80s? La pregunta admite varios planos y respuestas, y puede decirse que procede desde muchos lugares, pero uno de ellos particularmente importante es el Fort Benning y los complejos y bases donde ha funcionado la llamada «Escuela de Las Américas», hoy «Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad», organismo de . Más de sesenta mil militares y policías de hasta veintitrés países de América Latina han pasado por esta institución, entre ellos, violadores sistemáticos de derechos humanos y criminales de lesa humanidad, como Leopoldo Fortunato Galtieri, Manuel Antonio Noriega, Vladimiro Montesinos, o Manuel Contreras.

La trayectoria de Manuel Contreras, Director de la Dirección de Inteligencia Nacional de la dictadura y tiranía de Pinochet, es elocuente.

 

Augusto Pinochet y Henry Kissinger, Secretario de Estado del Gobierno de Estados Unidos entre los años 1973 y 1977. Encuentro en el año 1976.

 

Manuel Contreras ingresa a la Escuela Militar, en 1944. Luego pasa a la Academia de Guerra, donde conoce a Augusto Pinochet, para posteriormente, en 1967, pasar a instruirse en el Fort Benning, en Estados Unidos, donde estuvo hasta 1969. Es desde aquí que en el 2004 obtuvo el título de “Master en ciencias estratégicas y de inteligencia militar”. Las especialidades del «Mamo»: armas, guerrillas, técnicas de inteligencia, y lucha antisubversiva. La operativa más concreta de lo que a nivel más general la política imperial del Gobierno de Estados Unidos nombró como «Doctrina de Seguridad Nacional».

«Aquella época, la del origen del terror que viviría Chile un par de años más tarde cuando Pinochet le ordenara crear la DINA, fueron los años más felices de los Contreras Valdebenito», hace referencia un reportaje acerca de los objetos dejados por Pinochet al morir, haciendo referencia a su matrimonio con María Teresa Valdebenito (La herencia maldita de Manuel Contreras, por Macarena Gallo y Jorge Rojas). Allí la familia Contreras Valdebenito tenía un departamente en la ciudad de Virginia, a una distancia considerable del Fort Benning, en el sur (Estado de Georgia), donde por entonces estaba una de las sedes de la «Escuela de Las Américas», que por entonces tenía sus instalaciones centrales en Panamá.

 

Manuel Contreras y Augusto Pinochet

 

Como se pudo duramente comprobar con el derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular y Salvador Allende, las relaciones militares entre las Fuerzas Armadas de Chile y Estados Unidos eran extensas y profundas, y fueron un factor central en la derrota de la vía chilena al socialismo. Durante el Gobierno de la Unidad Popular, de hecho, continuó la instrucción de militares chilenos en la Escuela de Las Américas. Y Manuel Contreras desarrolló la red de relaciones militares con sus símiles de otros países alineados con la geopolítica estadounidense, como Corea del Sur, o el Irán de entonces, anterior a la Revolución Islámica de 1979, gobernado por el Shá Reza Pahlevi afín a los intereses estadounidenses. En esos circuitos, se encontraba también Gerhard Mertins, exoficial nazi convertido en traficante de armas y aliado de Paul Schäfer. Otro de los obsequios detallados en la herencia de Contreras muestra su vínculo directo con altas esferas del aparato imperial estadounidense: una invitación para el segundo cambio de mando de Ronald Reagan, regalado por un miembro del servicio secreto de chapa “Ray Velásquez”, y una copa regalada por Vernon Walters, segundo jefe de la CÍA (La herencia maldita de Manuel Contreras).

De una de las tantas desclasificaciones que de tanto en tanto realizan los organismos estadounidenses, más de mil documentos desclasificados en los últimos 15 años se decía en el 2015, contenían el nombre de Manuel Contreras Sepúlveda (Los secretos de Manuel Contreras según Estados Unidos, El Mostrador, Carlos Basso).

En una completa nota publicada en Ciper Chile, «El día en que Manuel Contreras le ofreció al Sha de Irán matar a “Carlos, El Chacal”», se detallan otras de estas estrechas relaciones, graficadas en dos imágenes que permiten visualizar el tipo de lazos:

 

Embajada de Chile en Teherán, capital de Irán, 1976. De izquierda a derecha: Alejandro Burgos de Beer, Gerhard Mertins (de anteojos), al medio, sujeto que podría ser un oficial brasileño no identificado, Manuel Contreras, y Arturo Yovane.

De izquierda a derecha: Sujeto no identificado, Gerhard Mertins, el posible agente brasileño no identificado, y Alejandro Burgos de Beer.

 

En la embajada de Chile en Irán, Contreras aparece aquí junto a Gerhard Georg Mertins, quien fue miembro de las Waffen-SS, el cuerpo de combate de elite del régimen nazi, y después de la Segunda Guerra Mundial se convirtió uno de los exportadores y traficantes de armas más conocidos de la República Federal de Alemania, así como un estrecho colaborador del líder sectario y pederasta de «Colonia Dignidad», Paul Schäfer. Los vínculos entre el aparato político-militar de la dictadura, y el enclave alemán «Colonia Dignidad», eran continuos y sistemáticos, con continuas visitas del recinto por parte de los agentes de los aparatos militares del régimen, y utilización de sus instalaciones para diversos tipos.

Como se sabe incluso con documentación en la que constan esos hechos, en la «arista» de Colonia Dignidad toca también hay una estrecha relación con actores civiles de la Dictadura, entre ellos, buena parte de la actual UDI y parlamentarios y ministros de los gobiernos de Sebastián Piñera (Ver «El pinochetismo duro en el Gobierno: Piñera nombra a Patricio Melero como Ministro del Trabajo y Previsión Social»).

 

Protesta en el Fort Benning, actual sede central de la «Escuela de Las Américas», en el año 2012.

 

La continuidad de la Escuela de Las Américas en la actualidad

Por la presión en su centroamericana sede central en Panamá en 1984 ésta se traslada precisamente a Fort Benning, el lugar donde años antes Manuel Contreras había sido instruido. La nueva localización de la principal sede en el Estado de Giorgia, ubicado al norte de Florida, permanece hasta hoy aunque bajo un nuevo nombre desde el 2001, pasándose a llamar «Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad».

Una red de organizaciones nucleadas en «School of The Americas Watch» (Observatorio de Escuela de Las Américas) han mantenido la denuncia y acción contra la continuidad de este organismo y política de imperialismo, injerencia, y violaciones graves a derechos humanos. Entre los vínculos más notorios y extremos de la actualidad de la operación de este centro y red de entrenamientos e instrucción militar y político-militar de no pocos agentes militares de todo el continente, cabe señalar que entre los países que más efectivos han enviado en los últimos años, se encuentran los países de Colombia, en primer lugar, y Chile, en segundo, según reporte del año 2017 («Chile, segundo país latinoamericano que más militares envía a la Escuela de las Américas», Radio Universidad de Chile).

 

 

Por su parte, en su momento el presidente Barack Obama se comprometió al cierre de esta institución, promesa que no cumplió. Esto suscitó importantes manifestaciones durante su mandato, demandando el cierre de estas instrucciones. Nada de eso ocurrió.

Para poner un ejemplo referencial de la época reciente, que muestra la continuidad de la presencia del actuar de la Escuela de Las Américas:el crimen contra Berta Cáceres, la dirigenta social, ambiental y feminista hondureña asesinada por su oposición a proyectos hidroeléctricos en su país, fue ejecutado y planificado por Henry Hernández, y Douglas Bustillo ex militares hondureños, graduado de la Escuela de Las Américas, y mercenarios de la empresa transnacional eléctrica DESA, bajo la conducción como autor intelectual del agente de inteligencia Roberto David Castillo Mejía.

El lazo entre militares, ex militares, y la poderosa y creciente industria de mercenarios se repite en numerosos crímenes y situaciones de alta violencia militar y paramilitar contra la organización, movilización y protesta social. Y fue Honduras, un nuevo país víctima en el año 2009 de una operación de Golpe de Estado contra el Gobierno de Manuel «Mel» Zelaya, con protagónica participación del Gobierno de Estados Unidos, en particular, como incluso corroboraron cables filtrados de Wikileaks, de parte de la Secretaria de Estado del Presidente Obama, Hillary Clinton.

En la contingencia más reciente, parte de los efectivos militares mercenarios que ejecutaron el magnicidio del presidente de Haití Jovenel Möise, en su mayoría colombianos, fueron también entrenados en el «Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad». Y participan de manera frecuente como «guardias privados de seguridad» de grandes empresas y proyectos extractivos en diversos territorios de nuestra América.

En otra de las aristas de estas «cooperaciones militares» y policiales, en nuestro país, como en tantos otros territorios del continente americano, se ha instalado también un enclave de estos centros de instrucción militar-policial destinada al entrenamiento de tácticas y técnicas antisubersivas, de control de revueltas populares, y conflictos urbanos. Localizado en la base «Fuerte Aguayo», comuna de Concón, Región de Valparaiso, este centro está inmerso en la red que como para todos los rincones del planeta, tiene el imperio estadounidense, en este caso, el «Comando Sur» destinado al continente americano. Este lazo de sujeción hacia la geopolítica imperial del Gobierno de Estados Unidos, se mantuvo y fue ampliando durante los gobiernos de la Concertación, y luego ha sido incluso intensificado en la última década, donde los dos gobiernos de Sebastián Piñera han sido un factor de ampliación y profundización de esta tendencia.

 

El Ministro de Defensa del Gobierno de Sebastián Piñera 1, Andrés Allamand con el Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, General Martin E. Dempsey. Año 2012.

 

 

Protesta en Fort Benning, sede central de la Escuela de Las Américas, en Estados Unidos.

 

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Protesta en Colombia por las víctimas de violadores de derechos humanos instruidos en la Escuela de Las Américas.

 

 


 

Ver:

Documental sobre la Escuela de Las Américas:

La Escuela de las Américas en Chile (2019, por TrincheraAudiovisual, Ecología Fílmica, Reciclaje Visual), sobre la base militar en Concón «Fuerte Aguayo»:

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