TOP

Toque de queda y soberanía regional

Por Javier Sandoval

Consejero regional por la región del Bio Bío – Militante partido IGUALDAD

 

Ni el control militar ni los aviones tanquer enfrentan el problema de fondo del Bio Bio en materia de incendios.

 

El descriterio y complejidades de la anunciada y revertida medida de Toque de queda en varias comunas, junto a la peculiar coordinación del ministro Chadwick con sus subalternos Almirante e Intendente y las piruetas mediáticas de estos días, muestran algo más que el impulso fallido por militarizar una nueva Provincia.

 

Reflejan que las autoridades evitan como sea reflexionar y actuar a fondo en este tema, y que finalmente nuestra Región importa poco. Se debaten paliativos y nada del problema estructural que nos aqueja, en un contexto donde no disponemos realmente de representación local ni vivimos una descentralización bien orientada por el delegado de gobierno, quien hace apenas meses encontró “realista” la cruda disminución de presupuesto regional 2019 por parte de Hacienda.

 

Consideremos que parte importante de este presupuesto ahora disminuido se destina justamente a fortalecer en equipamiento e infraestructura la imprescindible y generosa labor de salvar vidas que realiza Bomberos. Cada vez que el Consejo Regional aprueba estas partidas, al igual que en Salud, se repite la idea de que es insuficiente comparado con las necesidades.

 

Entonces, por qué no y cuándo -y quienes podríamos agregar- en lugar de esa pulsión por instaurar y explotar el miedo, empezamos a trabajar a fondo las causas de las catástrofes y la gestión del riesgo.

 

Una causa: La irracional planificación urbana de nuestras comunas y área metropolitana, donde ya se han hecho presente opiniones contrarias a la idea de ciudad de autoridades y gremios obsesionados con la expansión urbana. Por qué junto con mejorar los poblados rurales no se considera limitar esa expansión en los Planes Reguladores y crear anillos de bosque nativo y zonas buffer? Otra: la expansión forestal continua e inversiones como MAPA, de Celulosa Arauco, que además de seguir adueñándose del suelo y desplazando población rural, insisten en monocultivos altamente combustibles y productores de sequía, con el consiguiente gasto regional y comunal que se realiza en financiar sistemas de agua potable. ¿Por qué se continúa favoreciendo a las Forestales bajo la trampa del “empleo”, por qué existe aún el infame decreto 701 que promueve monocultivos en lugar de premiar y financiar lo contrario, es decir la diversificación agroforestal? Sumemos la deuda histórica con el pueblo mapuche, a quienes el Estado Chileno usurpó territorios para amparar estos negocios y hoy reprime y golpea su cultura, una cultura que nos sigue enseñando el amor a la tierra, al agua, a la naturaleza.

 

No son “las prioridades”, aunque a partir de la división con Ñuble, la Intendencia ha empezado discretamente a revisar y actualizar la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) que dirige las inversiones públicas y “orienta” las privadas. Y a tres años de aprobada la actual ERD se acerca el primer momento en que esta debería ser evaluada. Pero frente a gobiernos locales tan débiles y autoridades sin interés por construir soberanía regional debemos empezar ese camino sin esperarlos. Es propicio que las y los habitantes de la Región y de la Provincia nos activemos para pensar nuevamente nuestro desarrollo o buen vivir, mirando a la cara las evidencias de una matriz productiva que destruye vidas y calidad de vida, empobrece y enferma, arrebatando lo poco que queda al Bio Bio, sin estrategia de futuro. El ejercicio de la participación buscando la incidencia – no la burla que conocemos hasta ahora- finalmente ayudará a definir medidas más certeras para evitar catástrofes, controlar la propagación de incendios y decisiones erráticas como las de estos días.

 

Imagen extraída de eldinamo.cl

Comunicador Social para Revista De Frente. Sociólogo e Investigador. Diplomado en Intervención Comunitaria por la Universidad de Chile. Abogado en formación por la Universidad Alberto Hurtado.

Comparte tu opinión o comentario